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Sabina vía pinterest
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Sin duda esta es una de las grandes novelas que ha marcado mi vida. Trata de encontrar la esencia de los personajes principales, Teresa, Tomás, Sabina y Franz a través de situaciones relacionadas con el amor, la sexualidad, los celos y la infidelidad. Además, al adentrarte en sus páginas te darás cuenta que no solo reflexionas acerca de los personajes, sino de la esencia de tu mismo ser.
El autor, Milan Kundera, dirige estas reflexiones no solo a tu corazón, sino a la razón.
FRAGMENTO 1
Entre el miedo y el deseo no tenía más remedio que buscar
una especie de compromiso; lo denominaba «amistad erótica». A sus amantes les
decía: sólo una relación no sentimental, en la que uno no reivindique la vida y
la libertad del otro, puede hacer felices a los dos. Quería tener la seguridad
de que la amistad erótica nunca llegaría a convertirse en la agresividad del
amor, y por eso mantenía largas pausas entre los encuentros con cada una de sus
amantes. Estaba convencido de que éste era un método perfecto y lo propagaba
entre sus amigos: «Hay que mantener la regla del número tres. Es posible ver a
una mujer varias veces seguidas, pero en tal caso no más de tres veces. También
es posible mantener una relación durante años, pero con la condición de que entre
cada encuentro pasen al menos tres semanas».
FRAGMENTO 2
Tomás se decía: hacer
el amor con una mujer y dormir con una mujer son dos pasiones no sólo distintas
sino casi contradictorias. El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse
con alguien (este deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de
mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien (este deseo se produce en
relación con una única mujer).
FRAGMENTO 3
¿Qué es la coquetería? Podría decirse que es un comportamiento que pretende poner en conocimiento de otra persona que un acercamiento sexual es posible, de tal modo que esta posibilidad no aparezca nunca como seguridad. Dicho de otro modo: la coquetería es una promesa de coito sin garantía. Teresa está detrás de la barra y los clientes a los que sirve bebidas, coquetean con ella. ¿Le desagrada esa permanente marea de piropos, frases ambiguas, anécdotas, ofrecimientos, sonrisas y miradas? En absoluto. Siente un deseo irrefrenable de que su cuerpo (ese cuerpo extraño que debería irse a recorrer el mundo) se exponga a ese oleaje. Tomás siempre ha pretendido convencerla de que el amor y la sexualidad son dos cosas distintas. Nunca quiso entenderlo. Ahora está rodeada de hombres por los que no siente la menor simpatía. ¿Qué pasaría si hiciese el amor con ellos? Tiene ganas de hacer la prueba, al menos en esa forma de promesa sin garantías a la que se llama coquetería.
FRAGMENTO 4
La obsesión del mujeriego épico le produce a la gente la
impresión de que no se ha pagado nada a cambio de ella (no se ha pagado con el
desengaño). Debido a que el mujeriego lírico persigue siempre al mismo tipo de
mujeres, nadie se da cuenta de que cambia de amantes; los amigos le crean
permanentemente conflictos porque no son capaces de diferenciar a sus amigas y
les atribuyen siempre el mismo nombre. Los mujeriegos épicos (y por supuesto
que Tomás es uno de ellos) se alejan cada vez más, en su búsqueda del
conocimiento, de la belleza femenina convencional, de la que se han hartado
rápidamente, y terminan indefectiblemente como coleccionistas de curiosidades.
Saben que lo son, les da un poco de vergüenza y, para no poner a los amigos en
aprietos, no suelen salir públicamente con sus amantes.
FRAGMENTO 5
Lo incompatible con el paraíso era la excitación. Recordémoslo bien: en
el paraíso existía placer, no excitación. En esta meditación de Escoto Erígena
podemos encontrar la clave de una especie de justificación teológica (dicho de
otro modo, de una teodicea) de la mierda. Mientras se le permitió al hombre
permanecer en el paraíso, o bien (al modo de Jesús, según afirmaba Valentín) no
defecaba o, lo cual parece más probable, la mierda no se entendía como algo
asqueroso. Cuando Dios expulsó al hombre del paraíso, hizo que conociera el
asco. El hombre empezó a ocultar aquello de lo que se
avergonzaba y, cuando levantó el velo, le cegó un resplandor. De ese modo conoció,
inmediatamente después del asco, la excitación. Sin mierda (en sentido literal
y figurado) no existiría el amor sexual tal como lo conocemos: acompañado de
palpitaciones del corazón y ceguera de los sentidos.
FRAGMENTO 6
Si hasta hace poco la palabra mierda se reemplazaba en los
libros por puntos suspensivos, no era por motivos morales.
¡No pretenderá usted
afirmar que la mierda es inmoral! El desacuerdo con la mierda es metafísico.
El momento de la defecación es una demostración cotidiana de lo inaceptable de
la Creación. Una de dos: o la mierda es aceptable (¡y entonces no cerremos la puerta
del water!), o hemos sido creados de un modo inaceptable. De eso se desprende
que el ideal estético del acuerdo categórico con el ser es un mundo en el que
la mierda es negada y todos se comportan como si no existiese. Este ideal
estético se llama
kitsch.
FRASES
“La persona que pierde su intimidad, lo pierde todo, piensa
Sabina. Y la persona que se priva de ella voluntariamente, es un monstruo. Por
eso Sabina no sufre por tener que ocultar su amor. Al contrario, sólo así puede
«vivir en la verdad».”
"El amor, cuando se hace público, aumenta de peso, se convierte en una
carga".
"Porque esa construcción tiene por única columna su fidelidad
y los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han
sido construidos, perecen ellos también."
El amor empieza por una metáfora. Dicho de otro modo: el
amor empieza en el momento en que una mujer inscribe su primera palabra en
nuestra memoria poética.
“Una novela no es una confesión del autor, sino una investigación sobre lo que es la vida humana dentro de la trampa en que se ha convertido el mundo.”
“La vida humana acontece sólo una vez y por eso nunca
podremos averiguar cuáles de nuestras decisiones fueron correctas y cuáles
fueron incorrectas. En la situación dada sólo hemos podido decidir una vez y no
nos ha sido dada una segunda, una tercera, una cuarta vida para comparar las
distintas decisiones.”
"Si la excitación es el mecanismo mediante el cual se
divierte nuestro Creador, el amor es, por el contrario, lo que nos pertenece
sólo a nosotros y con lo que escapamos al Creador. El amor es nuestra libertad."
"Amarrar el amor al sexo ha sido una de las ocurrencias más
extravagantes del Creador"
"La mierda es un problema teológico más complejo que el mal.
Dios les dio a los hombres la libertad y por eso podemos suponer que al fin y
al cabo no es responsable de los crímenes humanos. Pero el único responsable de
la mierda es aquel que creó al hombre."
"El kitsch es la negación absoluta de la mierda; en sentido
literal y figurado: el kitsch elimina de su punto de vista todo lo que en la
existencia humana es esencialmente inaceptable."
"Allí donde habla el corazón es de mala educación que la
razón lo contradiga. En el reino del kitsch impera la dictadura del corazón."
"Nunca seremos capaces de establecer con seguridad en qué
medida nuestras relaciones con los demás son producto de nuestros sentimientos,
de nuestro amor, de nuestro desamor, bondad o maldad, y hasta qué punto son el
resultado de la relación de fuerzas existente entre ellos y nosotros. La
verdadera bondad del hombre sólo puede manifestarse con absoluta limpieza y
libertad en relación con quien no representa fuerza alguna."
"Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque
deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar
de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia."
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